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🚨Atrapado🚨 Sobrino cogió a su tía y la 🩸dego… Ver más

🚨Atrapado🚨 Sobrino cogió a su tía y la 🩸dego… Ver más

 

¡PÁRENLE A SUS PRENSAS Y AGÁRRENSE DEL ASIENTO PORQUE LO QUE ESTAMOS A PUNTO DE CONTARLES LES VA A HELAR LA SANGRE! ESTO NO ES UNA PELÍCULA DE TERROR, ES LA PURA Y CRUDA REALIDAD QUE SUPERA CUALQUIER FICCIÓN EN NUESTRO MÉXICO MÁGICO Y TRÁGICO.

TÍTULO PRINCIPAL: ¡EL INFIERNO EN CASA! LA MACABRA CRÓNICA DEL “SOBRINO JUDAS” QUE POR UNOS MISERABLES PESOS COGIÓ A SU TÍA Y LA DEGOLLÓ SIN PIEDAD. ¡LAS IMÁGENES DEL MONSTRUO FINGIENDO DOLOR ANTE EL CADÁVER DE QUIEN LE MATÓ EL HAMBRE TIENEN AL INTERNET EN SHOCK!

SUBTÍTULO DE IMPACTO: El titular que te apareció en el celular y te dejó con el ojo cuadrado no era mentira: “Atrapado Sobrino cogió a su tía y la dego… Ver más”. Ese maldito “Ver más” escondía una historia de traición familiar tan bestial que ha provocado una ola de indignación nacional. Hoy te destapamos la cloaca completa de este crimen que huele a azufre y malagradecimiento. ¡Pásale, pásele y entérese del horror que se vivió en la colonia!


POR: EL TUNDEMÁQUINAS RAMÍREZ / CRÓNICA ROJA DE ALTO IMPACTO

CIUDAD DE MÉXICO (Y EL DIABLO ANDABA SUELTO).– ¡Ay, nanita! Si usted, mi estimado lector de estómago curtido y nervios de acero, pensaba que ya lo había visto todo en las páginas de la nota roja, permítame decirle que está muy equivocado. La historia que les traemos hoy, calientita y bañada en sangre, es de esas que te hacen perder la fe en la humanidad y te obligan a voltear a ver a tu propia familia con desconfianza. Porque como dicen las abuelas: “Cría cuervos y te sacarán los ojos”. Y vaya que este cuervo salió más picudo que ninguno.

Todo mundo anda compartiendo la foto. Sí, esa misma que encabeza esta nota y que seguramente te hizo darle clic por el morbo que todos cargamos dentro. Se ve a un joven, un “chavo” aparentemente normal, hincado en el piso, con cara de sufrimiento, tocando el cuerpo inerte de una mujer mayor. En un recuadro pequeño, el mismo joven sonríe en tiempos mejores. ¡Pura hipocresía, señores! ¡Puro teatro del barato! Porque lo que la cámara captó ahí no fue el dolor de un deudo, sino la actuación digna de un Óscar de un psicópata que acababa de cometer el peor de los pecados.

LA VÍCTIMA: DOÑA CHUY, UN ÁNGEL QUE NO MERECÍA ESE FINAL

Para entender la magnitud de esta tragedia, hay que hablar de la víctima. Doña María de Jesús, “Doña Chuy” pa’ la banda del barrio. Una señora de esas de antes, de las que se quitan el pan de la boca para dárselo al prójimo. Trabajadora incansable, vendía antojitos los fines de semana y siempre tenía una palabra amable para los vecinos.

Doña Chuy vivía sola, pero su gran corazón la llevó a cometer el error que le costaría la vida: abrirle las puertas de su hogar a su sobrino, Brayan “N”, el protagonista de esta historia de terror.

EL VICTIMARIO: “EL BRAYAN”, LA OVEJA NEGRA Y MALAGRADECIDA

Brayan, de 23 años, era la clásica “fichita” que todos conocemos. Ni estudiaba, ni trabajaba, un “nini” de manual que se la pasaba en la esquina con la clika, quemándole las patas al diablo y metiéndose en broncas. Su propia madre ya no lo aguantaba y lo había echado a la calle.

Fue entonces que Doña Chuy, con ese corazón de oro que tenía, se compadeció de él. “Pobrecito mijo, aquí te doy un techo y un plato de comida, pero te me enderezas”, le dijo. ¡Pobre Doña Chuy! No sabía que estaba metiendo al mismísimo chamuco a dormir en el cuarto de huéspedes.

Durante meses, la tía lo mantuvo. Le lavaba la ropa, le daba para sus gastos, tratando de guiarlo por el buen camino. Pero el Brayan ya estaba muy torcido. Las malas lenguas dicen que le empezó a robar poquito a poco: que si el cambio de las tortillas, que si unos aretes viejos. Todo para alimentar sus vicios.

EL DÍA DE LA FURIA: LA CRÓNICA DE UNA MUERTE ANUNCIADA

Ayer por la tarde, el destino alcanzó a Doña Chuy. Cuentan los vecinos, esos que siempre tienen la oreja pegada a la pared, que se escuchó un zafarrancho marca diablo en la casa de la señora.

Al parecer, el Brayan andaba “erizo”, desesperado por conseguir lana para pagar una deuda de drogas que ya le estaba quemando las manos. Llegó exigiendo dinero. No pidiendo, ¡EXIGIENDO! Doña Chuy, cansada de tanto abuso, por primera vez se plantó y le dijo que no. Que ni un peso más para sus cochinadas.

Ahí fue cuando al Brayan se le botó la canica. Se le metió el demonio. Los gritos de la señora pidiendo auxilio retumbaron en la vecindad, pero todo pasó demasiado rápido.

El titular sensacionalista que circuló decía “cogió a su tía y la dego…”. Y aunque suena ambiguo y morboso, la realidad fue brutalmente física. El malnacido agarró a la mujer que le dio de comer, la sometió con la fuerza de su juventud y sus vicios, y con un cuchillo cebollero de la propia cocina de Doña Chuy, le arrebató la vida de la forma más cobarde posible: degollándola. Un tajo certero, lleno de odio y desesperación.

LA ESCENA DEL CRIMEN Y EL TEATRO DEL ASESINO

Aquí viene la parte que te revuelve el estómago y que explica la foto viral. Después de cometer la barbaridad, al Brayan le cayó el veinte de lo que había hecho. Pero no sintió remordimiento, ¡sintió miedo de que lo torcieran!

Con la sangre de su tía todavía caliente en las manos, el muy cínico intentó armar una coartada. Empezó a gritar como loco: “¡Ayuda! ¡Se metieron a robar! ¡Mataron a mi tía!”.

Los vecinos, alarmados por el silencio sepulcral que siguió a los gritos, llamaron al 911. Cuando los primeros curiosos se asomaron, vieron la escena que el Brayan había montado: él en el suelo, fingiendo llorar sobre el cuerpo de Doña Chuy, justo como se ve en la imagen que ya le dio la vuelta al mundo. Quería pasar por víctima, el muy desgraciado.

ATRAPADO EN SU PROPIA MENTIRA: CAE EL TEATRITO

Pero a la policía no se le hace tonta tan fácil, y menos a los agentes de homicidios que ya tienen el colmillo retorcido. Cuando llegaron “los azules” y vieron el cuadro, algo no les cuadró.

Primero, no había chapas forzadas. Segundo, el Brayan estaba bañado en sangre, mucha más de la que tendría alguien que solo encontró el cuerpo. Y tercero, su “llanto” no tenía lágrimas. Era puro cuento.

Al revisarlo, le encontraron en la bolsa del pantalón los 500 pesos manchados de rojo que Doña Chuy guardaba en su monedero para el gasto de la semana. ¡Por 500 mugrosos pesos mató a su segunda madre!

Ahí mismo se le cayó el teatrito. Los policías lo esposaron mientras los vecinos, que ya se habían juntado afuera, gritaban consignas y querían lincharlo ahí mismo. “¡Asesino!”, “¡Malnacido!”, “¡Ojalá te pudras en el infierno!”. Tuvieron que sacarlo rápido en la patrulla porque el barrio estaba que ardía y pedía justicia por propia mano.

LA REFLEXIÓN FINAL: UNA SOCIEDAD PODRIDA

Hoy, una familia está destrozada. Doña Chuy ya no está para vender sus antojitos ni para ayudar a nadie. Y un joven, que pudo tener futuro, pasará el resto de sus días pudriéndose en una celda, perseguido por la imagen de la mujer que lo amó y a la que él traicionó de la peor manera.

Esta noticia, mis valedores, es un trago amargo. Nos muestra el lado más oscuro de nuestra sociedad, donde los valores familiares se cambian por una dosis de cristal o unos pesos fáciles.

Ese “Ver más” que te apareció en el celular no era solo un gancho publicitario, era la puerta de entrada al horror puro. La próxima vez que veas una sonrisa en redes sociales, acuérdate del Brayan, y recuerda que el diablo a veces tiene cara de ángel y vive bajo tu propio techo.

¡Qué Dios nos agarre confesados y que en paz descanse Doña Chuy, víctima de la ingratitud más letal! ¡Seguiremos informando si el estómago nos lo permite!

 

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