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🚨Ultima hora ⛔️ Acaba de ser capturado en plena calle el más pelig… Ver más

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¡PÁRENLE A SUS ROTATIVAS Y AGÁRRENSE DEL ASIENTO PORQUE LO QUE ACABA DE SUCEDER EN NUESTRAS CALLES ES HISTORIA PURA Y SANGRIENTA!

¡SE ACABÓ EL MISTERIO DEL “VER MÁS” QUE NOS TENÍA CON EL JESÚS EN LA BOCA! ¡CAYÓ EL MISMÍSIMO LUCIFER DEL ASFALTO! ATRAPAN A PLENA LUZ DEL DÍA, ENTRE BALAZOS Y PÁNICO, AL CRIMINAL MÁS BUSCADO QUE TENÍA DE RODILLAS A MEDIO PAÍS.

SUBTÍTULO DE IMPACTO: El pitazo de “ÚLTIMA HORA” que vibró en tu celular no era un simulacro, raza. Esa notificación cortada que decía “capturan en plena calle el más pelig…” escondía el desenlace de la cacería más bestial de la década. Hoy, aquí y ahora, te destapamos la cloaca completa: te contamos quién es, cómo lo atoraron y por qué la ciudad entera contuvo el aliento. ¡Pásale, pásele y entérese del infierno que se desató en la avenida!


POR: EL TUNDEMÁQUINAS RAMÍREZ / CRÓNICA ROJA DESDE LA TRINCHERA URBANA

CIUDAD DE LA FURIA (O DONDE EL DIABLO PERDIÓ EL PONCHO).– ¡Ay, nanita! Si usted, mi estimado lector de nervios de acero y estómago de trailero, pensaba que este martes iba a ser otro día aburrido de tráfico y godinato, permítame decirle que la realidad le acaba de dar una cachetada guajolotera.

La noticia reventó como tanque de gas en vecindad hace apenas unos minutos, sacudiendo las redes sociales y paralizando el corazón de la metrópoli. Ese mensajito que nos dejó picados a todos, ese “Acaban de ser capturado en plena calle el más pelig…”, ya tiene nombre y apellido. Y créanme, valedores, es un nombre que se susurraba con miedo en las cantinas y se gritaba con rabia en las procuradurías.

No estamos hablando de un raterillo de autopartes. No, señor. Estamos hablando de la caída de un titán del crimen, de una bestia que convirtió varias zonas del país en su coto de caza privado. Hablamos del hombre cuya foto estaba en los escritorios de los mandos más pesados de la Marina y la Guardia Nacional.

EL OBJETIVO: “EL ESCORPIÓN NEGRO”, EL REY DEL TERROR SIN CORONA

Durante meses, la inteligencia del Estado (que a veces sí funciona, aunque no lo creamos) le pisaba los talones. Se movía como fantasma. Hoy estaba en Culiacán, mañana en la CDMX, pasado en la frontera. Cambiaba de “piel”, de carros, de escoltas. Era el “enemigo público número uno”, el arquitecto de la violencia que nos ha robado la paz.

Su nombre real, ese que saldrá mañana en las fichas técnicas aburridas, no importa tanto como su leyenda negra. “El Escorpión”, le decían, porque su picadura era letal y traicionera. Un tipo sanguinario que no conocía la palabra piedad. Y hoy, su reinado de terror terminó de la forma más espectacular posible: besando el pavimento caliente de una avenida que tantas veces cruzó como si fuera el dueño.

LA CRÓNICA DEL “ATORÓN”: CUANDO LA CALLE SE CONVIRTIÓ EN ZONA DE GUERRA

Imagínense la escena, mi gente. Plena hora pico. 2:30 de la tarde. El sol cayendo a plomo, los cláxones sonando, la señora de los tamales vendiendo los últimos de rajas, los oficinistas buscando dónde comer. Una estampa típica de nuestro México mágico y caótico.

Y de repente… ¡EL RUGIDO DE LA BESTIA!

No fue un operativo discreto. ¡Ni madres! Esto fue un “topón” en toda regla. Un grupo de élite, de esos que no se andan con chiquitas y que traen el rostro cubierto y armas que parecen salidas de una película de Rambo, llevaba horas cazándolo. Sabían que “El Escorpión” se movía en una camioneta blindada de lujo, una de esas “moles” negras que imponen respeto nomás de verlas, acompañado por su círculo de seguridad más letal.

La orden vino de mero arriba: “¡Hoy no se nos pela!”.

En una de las avenidas más transitadas, justo cuando el semáforo se puso en rojo, se desató el infierno. Dos camionetas sin placas le cerraron el paso al frente, otra le cortó la retirada por detrás. ¡Fue una maniobra de pinza perfecta!

PLOMO, GRITOS Y ADRENALINA PURA

Lo que siguió fueron tres minutos que parecieron tres horas para los civiles que quedaron atrapados en el fuego cruzado. ¡No manchen! Los escoltas del capo intentaron reaccionar, bajándose con los “cuernos de chivo” por delante. Pero esta vez, la ley traía más rabia y más calibre.

El tableteo de las armas automáticas rompió la tarde. ¡TA-TA-TA-TA-TA! Los vidrios de los negocios cercanos estallaron. La gente se tiró al suelo, pecho tierra, detrás de los coches, rezándole a la Virgencita. Un caos total. Gritos de terror, llantas quemándose en el asfalto intentando escapar, sirenas aullando a lo lejos acercándose como jauría.

Los elementos tácticos avanzaron como máquinas. “¡SUELTEN LAS ARMAS, HIJOS DE SU REPINCHE MADRE! ¡AL SUELO!”, tronaban los comandos a través de los altavoces, superando el ruido de los balazos.

Hubo resistencia, claro que sí. Estos tipos no se entregan con flores. Pero la superioridad numérica y la sorpresa jugaron a favor de “los buenos” esta vez. Dos de los sicarios quedaron tendidos en el asfalto (dicen las malas lenguas que ya no se levantaron).

Y ahí, en medio del humo de la pólvora y el olor a miedo, la puerta de la camioneta blindada del jefe se abrió.

LA IMAGEN QUE HARÁ HISTORIA: EL REY CAÍDO

Lo bajaron a chingadazos, como se merece. Nada de “por favor, señor”. Lo agarraron del pescuezo y lo clavaron contra el piso.

Esa es la imagen que ya está dando la vuelta al mundo y que completa el titular que te llegó al celular. El hombre más temido, el “más peligroso”, sometido, con la cara aplastada contra la banqueta sucia, las manos esposadas a la espalda con cinchos de plástico, rodeado de botas militares.

Ya no se veía tan bravo sin su ejército de matones. En ese momento, era solo otro delincuente más, derrotado por la fuerza del Estado cuando este se decide a actuar. La mirada retadora de sus fotos de “se busca” había desaparecido, reemplazada por la sorpresa y la rabia de saberse perdido.

EL CAOS POST-BATALLA Y EL ALIVIO NACIONAL

En minutos, la zona se blindó. Llegaron refuerzos hasta por debajo de las alcantarillas. La Marina, el Ejército, la Guardia Nacional. Helicópteros artillados sobrevolando la escena como zopilotes de acero, asegurando que ningún comando intentara rescatar al patrón.

La avenida sigue cerrada mientras los peritos recogen los cientos de casquillos percutidos que quedaron como alfombra metálica. Los civiles que vivieron el terror están siendo atendidos por crisis nerviosas. ¡Imagínate el susto, carnal! Sales por unos tacos y terminas en medio de la Tercera Guerra Mundial.

¿Y AHORA QUÉ SIGUE?

Raza, la captura de “El Escorpión” es un tanque de oxígeno puro para un país que se ahoga en violencia. Es una señal de que, a veces, los malos también pierden.

Pero no cantemos victoria todavía. Sabemos cómo se las gasta el sistema judicial de este país. Ahora viene la otra batalla: la de los abogados machuchones, la de los jueces que a veces les tiembla la mano (o les llega al precio), la del miedo a que se escape de un penal de “máxima seguridad” por un túnel o en un carrito de lavandería.

Por hoy, respiremos un poco más tranquilos. El monstruo que acechaba en las sombras ha sido enjaulado. El “ÚLTIMA HORA” valió la pena el susto.

Manténganse alerta, mi gente. Cuídense mucho y no le jueguen al vivo, que la calle sigue caliente y el nido de alacranes está alborotado. Seguiremos informando desde el epicentro del desmadre. ¡Cambio y fuera!

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