“Mi hija pagó con su vida la negligencia de otros”, expresa el padre de la fallecida. Familia de Helen Recalde pide justicia
Con lágrimas en los ojos y la voz quebrada por el dolor, el padre de Helen Recalde alzó su voz ante los medios: “Mi hija pagó con su vida la negligencia de otros”. Estas palabras resuenan con fuerza en medio de una tragedia que ha dejado a una familia destruida y a una sociedad indignada por la falta de respuestas claras.
Helen Recalde, una joven de 22 años, falleció en circunstancias que aún no han sido esclarecidas del todo. Lo que sí se sabe es que su muerte pudo haberse evitado. Según la familia, hubo una cadena de omisiones y errores por parte de instituciones que debieron velar por su bienestar. Hasta el momento, ninguna entidad ha asumido la responsabilidad, y el silencio oficial solo profundiza la herida.
Un caso marcado por la impotencia
Helen, estudiante universitaria y con sueños de convertirse en profesional de la salud, había acudido por una dolencia menor a un centro médico. Allí, según relatan sus padres, fue atendida de manera superficial y sin realizarle estudios pertinentes. Pese a su evidente malestar, fue enviada a casa con una receta básica y sin mayor seguimiento.
Horas después, su estado empeoró drásticamente. La familia la llevó de urgencia a otro hospital, donde finalmente fue internada. Pero ya era tarde. Helen no resistió y falleció a los pocos días, dejando tras de sí una ola de preguntas sin responder.
El padre, visiblemente afectado, denuncia que la atención médica fue tardía y negligente. “Nos dijeron que no era grave, que solo era una infección común. Pero no le hicieron análisis completos, ni radiografías, nada. La trataron como si no importara”, expresó con dolor.
¿Quién responde por la muerte de Helen?
Desde que ocurrió el deceso, la familia ha solicitado informes, ha presentado quejas formales y ha pedido la apertura de una investigación. Sin embargo, hasta la fecha, no ha habido un pronunciamiento claro de parte de los responsables del primer centro asistencial. Las autoridades sanitarias tampoco han emitido una declaración oficial que esclarezca los hechos o anuncie acciones concretas.
“Queremos justicia, no venganza”, dice la madre de Helen. “No queremos que otra familia pase por este infierno. Si alguien hubiera hecho su trabajo como corresponde, mi hija estaría viva”.
El clamor de una comunidad
La historia de Helen ha generado indignación en redes sociales y movilizó a organizaciones civiles, que exigen una auditoría médica y sanciones ejemplares si se confirma la negligencia. Se han convocado vigilias y marchas en su memoria, en las que la comunidad ha acompañado a la familia con velas y carteles pidiendo justicia.
Mientras tanto, el tiempo avanza y el silencio institucional persiste. Cada día que pasa sin respuestas es un golpe más para quienes amaban a Helen.
La familia recalca que no se detendrán hasta lograr que su caso sea escuchado en instancias superiores. Porque como dice su padre con el corazón en la mano: “La vida de mi hija no puede quedar en el olvido. Su muerte no fue un accidente. Fue el resultado de la indiferencia de un sistema que le falló”.