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Devastadora confesion de Veronica Castro su hijo Cristian la…Ver más

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¡PAREN LAS PRENSAS Y AGÁRRENSE DEL ASIENTO! ¡EL CHISME DEL AÑO ACABA DE ESTALLAR Y SALPICA SANGRE AZUL DEL ESPECTÁCULO!

TÍTULO PRINCIPAL: ¡TRAICIÓN MATERNA! VERÓNICA CASTRO, CON EL CORAZÓN HECHO PEDAZOS, ROMPE EL SILENCIO Y CONFIESA EL INFIERNO QUE VIVE POR CULPA DE SU HIJO CRISTIAN. “ME DEJÓ TIRADA COMO UN MUEBLE VIEJO”, ASEGURAN FUENTES CERCANAS. ¡LA DIVA DE MÉXICO ESTÁ DESTROZADA!

SUBTÍTULO: La frase que se cortó en redes sociales escondía una verdad que nadie quería creer. Entre lágrimas, deudas y un abandono imperdonable, la “Chaparrita de Oro” vive el ocaso de su vida traicionada por la sangre de su sangre. ¿Qué le hizo realmente el “Gallito Feliz”? Aquí te contamos la neta de este drama que tiene a todo México con el Jesús en la boca.

CIUDAD DE MÉXICO. – ¡Ay, nanita, mis valedores! Si pensaban que ya lo habían visto todo en el circo de la farándula mexicana, prepárense un bolillo pa’l susto porque esto no es una telenovela, ¡es la puritita y cruel realidad! El medio del espectáculo está que arde y el humo negro sale directamente de la casa de una de las máximas figuras que ha dado este país: Doña Verónica Castro.

La noticia cayó como bomba yucateca en la madrugada. Un fragmento de entrevista, un titular mocho en internet que decía “Devastadora confesión de Verónica Castro, su hijo Cristian la…”, dejó a medio México sin dormir, imaginando lo peor. ¿La golpeó? ¿La insultó? ¿Qué podía ser tan grave para usar la palabra “devastadora”?

Pues agárrense, raza, porque la verdad ha salido a la luz y es más fea que pegarle a Dios en Viernes Santo. Fuentes de primerísima mano, de esas que desayunan chisme y cenan escándalo, han confirmado a este medio que la relación entre la reina de las telenovelas y su primogénito, Cristian Castro, ha tocado un fondo tan oscuro que ya no hay vuelta atrás.

LA CONFESIÓN QUE HIZO LLORAR HASTA A LAS PIEDRAS

Se dice, se rumora y se comenta en los pasillos de Televisa y en las cantinas de Garibaldi, que Verónica Castro ya no pudo más. La mujer que nos regaló sonrisas en “Mala Noche… ¡No!” y lágrimas en “Los Ricos También Lloran”, hoy llora pero de verdad, encerrada en su mansión, que más que hogar, se ha convertido en su jaula de oro y soledad.

Según informantes infiltrados hasta la cocina, la “Vero” soltó la sopa en una reunión íntima que se salió de control. Entre tequilas y recuerdos, la diva se quebró. Olvídense del maquillaje perfecto y los ojos verdes brillantes; lo que vieron los presentes fue a una madre derrotada, una mujer que siente que fracasó en la misión más importante de su vida: la maternidad.

¿Qué fue lo que dijo? La frase completa que completaría ese titular maldito apunta a algo que en nuestra cultura mexicana es pecado mortal: “Cristian la abandonó en su peor momento de salud y, para colmo, le está peleando hasta el último centavo de su herencia en vida”. ¡Tómala, barbón!

“Ya no puedo más, manita”, habría confesado Verónica a una amiga cercana, con la voz entrecortada por el llanto. “Le di todo, me quité el pan de la boca para que él fuera el ‘Gallito Feliz’, le perdoné sus locuras, sus matrimonios exprés, sus tintes de pelo ridículos… ¿y así me paga? Dejándome sola cuando siento que me voy a petatear y exigiéndome las escrituras de la casa de Acapulco para pagar sus deudas de juego y mujeres”.

CRÓNICA DE UNA TRAICIÓN ANUNCIADA: “CRÍA CUERVOS…”

Para nadie es secreto, mis chismosos de confianza, que la relación entre Verónica y Cristian siempre ha sido un sube y baja más intenso que la montaña rusa de la Feria de Chapultepec. Desde chavito, Cristian fue “ojo alegre” y voluntarioso, siempre cobijado por el manto protector de una madre que lo amaba con locura ciega.

Recordemos los pleitos épicos cuando Cristian se casó a escondidas con Valeria Liberman, una relación que, según las malas lenguas, fue la primera gran fractura entre madre e hijo. La Vero, con ese instinto materno que no falla, sabía que ahí había gato encerrado, pero el amor la cegó. Luego vinieron los divorcios, los escándalos en Sudamérica, las fotos bizarras en tanga… y en cada caída, ahí estaba la Castro, poniendo el pecho a las balas, defendiendo lo indefendible, sacando la cartera para tapar los hoyos financieros de su retoño.

Pero dicen que tanto va el cántaro al agua hasta que se rompe. Y el cántaro de la Vero se hizo añicos.

La gota que derramó el vaso, según nos cuentan los que saben, ocurrió hace apenas unas semanas. Verónica enfrentó una crisis de salud severa, de esas que te hacen ver la luz al final del túnel. Estaba sola, asustada, con los achaques propios de la edad pegándole duro. ¿Y dónde estaba Cristian? ¿Dónde estaba el hijo que le cantaba “Azul” con tanto sentimiento?

Pues resulta que el muchachito andaba muy ocupado en Argentina, estrenando novia (¡otra más a la lista!), y gastando a manos llenas. Cuando la Vero intentó localizarlo, no hubo respuesta. Mensajes en visto, llamadas al buzón. El abandono total. Y cuando finalmente se dignó a aparecer, no fue con un ramo de rosas o un caldo de pollo para la jefa enferma, ¡no señor! Llegó con abogados, exigiendo adelantos de herencia porque “necesitaba liquidez”. ¡No tiene abuela!

MÉXICO SE LEVAÑTA EN ARMAS: ¡CON LA MADRE NO!

La reacción de la raza no se ha hecho esperar. En este país, puedes meterte con el presidente, con la selección de fútbol (a veces), pero ¡ay de aquel que se meta con la jefecita santa! Eso no se perdona.

Las redes sociales son un hervidero de odio contra Cristian Castro. Los memes no perdonan, pero los comentarios son dagas directas al corazón del cantante. “Malagradecido”, “Poco hombre”, “Perro que muerde la mano que le dio de tragar”, son de los insultos más suavecitos que se leen en Twitter y Facebook. La gente está indignada. Sienten el dolor de Verónica como propio, porque Verónica es la madre de todos los mexicanos que crecieron viéndola en la pantalla.

Se están organizando cadenas de oración por la salud física y mental de la diva, y hasta hay quien propone boicotear los conciertos del “Gallito” hasta que no vaya de rodillas a pedirle perdón a la mujer que le dio la vida.

EL OCASO DE UNA REINA: ¿QUÉ SIGUE PARA VERÓNICA?

El panorama es desolador, mis amigos. Ver a una figura tan grande, tan llena de vitalidad y alegría como lo fue Verónica Castro, reducida a una sombra por la ingratitud de un hijo, es una tragedia griega en tiempos modernos.

Se dice que la Vero ha modificado su testamento. Que está pensando seriamente en dejarle todo a asociaciones benéficas o incluso a su otro hijo, Michel, quien siempre ha sido más discreto y apegado a ella. Esto, por supuesto, tiene a Cristian fúrico, lo que augura una guerra legal que va a dejar chiquita a la de los hijos de José José.

Por ahora, la “Chaparrita de Oro” permanece en silencio público, lamiéndose las heridas en privado. Pero su confesión “devastadora” ya retumba en todo el país. El mensaje es claro y doloroso: el dinero y la fama no compran el amor filial, y a veces, el enemigo más cruel duerme en la habitación de al lado.

Manténganse sintonizados, bola de mitoteros, porque este culebrón de la vida real apenas está empezando y promete ponerse color de hormiga. Seguiremos informando hasta que se nos acabe la tinta o nos cierren el changarro. ¡He dicho!

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