Con lágrimas en los ojos Alejandra Guzmán confiesa que padec…ver más

 

 

¡MÉXICO AL BORDE DEL COLAPSO! ALEJANDRA GUZMÁN ROMPE EL SILENCIO ENTRE LÁGRIMAS Y CONFIESA EL INFIERNO QUE PADECE: “YA NO PUEDO MÁS”

SUBTÍTULOS DE IMPACTO:

• ¡UN FIN DE SEMANA PARA EL OLVIDO! MIENTRAS LA “REINA DE CORAZONES” SE DERRUMBA EN VIVO, EL PAÍS SE DESANGRA ENTRE ACCIDENTES CARRETEROS, MONSTRUOSIDADES GENÉTICAS Y UNA CRISIS SOCIAL QUE NOS ESTÁ MATANDO EL ALMA.

• LA IMAGEN QUE PARALIZÓ A LA NACIÓN: UNA PAREJA DE ABUELITOS LLORA CON EL PERIÓDICO EN MANO, RESUMIENDO LA “TRISTEZA NACIONAL” QUE SE RESPIRA EN LAS CALLES.

• DEL “CERDO HULK” A LOS POLÍMEROS ASESINOS: TE CONTAMOS LA VERDAD DETRÁS DEL COLLAGE DE HORRORES QUE INVADIÓ TU CELULAR. ¡PÁSALE, PÁSELE Y ENTÉRESE DEL CHISME COMPLETO QUE LOS MEDIOS FIFÍS NO QUIEREN QUE SEPAS!

POR: EL TUNDEMÁQUINAS RAMÍREZ / CRÓNICA ROJA Y ESPECTÁCULOS / CIUDAD DE MÉXICO

¡Ay, nanita, mis valedores! Si ustedes pensaban que ya lo habían visto todo en este México mágico, trágico y surrealista, agárrense bien de donde puedan y siéntense, porque el chisme que les traemos hoy está más caliente que una plancha de tacos en hora pico. El país entero está con el Jesús en la boca, y no es para menos. Este fin de semana la realidad superó a la ficción y nos dio una cachetada con guante blanco que nos dejó viendo estrellitas.

Amanecimos con el alma en un hilo. Abran sus redes sociales y lo primero que ven es el caos. Pero entre todo el despiporre que circula en el internet, hubo una imagen que nos partió el corazón en mil pedazos y nos hizo soltar la lágrima gorda: nuestra rockera de oro, la inigualable Alejandra Guzmán, con los ojos vidriosos, el maquillaje corrido y una confesión atorada en la garganta que promete cimbrar los cimientos del espectáculo nacional.

LA GUZMÁN TOCA FONDO: ¿QUÉ ES LO QUE PADECE LA DIVA?

El titular corrió como pólvora: “Con lágrimas en los ojos Alejandra Guzmán confiesa que padec… ver más”. Ese maldito “ver más” nos tuvo a todos con el alma en vilo. ¿Qué le pasa a la Guzmán? ¿Otra vez el quirófano? ¿Broncas con la familia Pinal?

Fuentes cercanas a la “Reina de Corazones”, de esas que no sueltan la sopa si no hay unos buenos tacos de por medio, aseguran que la cantante ya no aguanta la presión. Se dice, se rumora y se comenta que las secuelas de aquel calvario con los polímeros en sus glúteos le están cobrando factura otra vez, pero ahora de una forma más agresiva. No es solo el dolor físico, mis cuates, es el dolor del alma.

Verla así, tan vulnerable, tan lejos de esa imagen de fiera que se come el escenario, nos pegó duro. Es como si el dolor de la Guzmán fuera el espejo del dolor de todo México. Porque seamos netos, la raza está agüitada.

TRISTEZA NACIONAL: EL PAÍS SE NOS CAE A PEDAZOS

Y es que, ¿cómo no vamos a estar tristes? Miren nomás la imagen que acompaña el drama de la Guzmán. Arriba a la izquierda, esa pareja de viejitos, nuestros abuelos, llorando a moco tendido mientras sostienen un periódico que grita lo que todos sentimos: “TRISTEZA NACIONAL”. Esa foto duele más que un golpe en el dedo chiquito del pie. Representa la impotencia de ver cómo se nos va el país entre las manos.

Mientras la Guzmán llora en el set de televisión, en las carreteras de Dios sabe dónde, la tragedia se hizo presente. Ahí tienen la foto del “Grave accidente” del autobús “Rosario Bus”. ¡Un amasijo de fierros retorcidos! Imagínense la angustia de las familias, la sangre en el asfalto, los sueños rotos en un segundo por la imprudencia de algún cafre del volante. ¡No tiene madre!

ENTRE LO BIZARRO Y LO INDIGNANTE: EL CIRCO MEXICANO

Pero esperen, que la cosa se pone más densa. Como si no tuviéramos suficiente con las tragedias humanas, el chamuco anda suelto haciendo de las suyas. ¿Ya vieron al cerdo ese? ¡Sí, el de la esquina superior derecha! Un puerco que parece que se tragó a Arnold Schwarzenegger. ¿Qué clase de brujería o experimento genético es ese? La gente en los ranchos anda espantada, dicen que son señales del fin de los tiempos. ¡Está cañón!

Y para rematar la feria de lo absurdo, miren la radiografía que circula. ¡Una cadena entera adentro de la panza de alguien! ¿Pues qué comió? ¿Tacos de ferretería? Son esas cosas que uno ve y dice: “Solo en México, carajo”.

LA “BUCHONA” VS. EL NIÑO TRABAJADOR: LA IMAGEN QUE NOS ESCUPE LA VERDAD EN LA CARA

Pero si algo nos hace hervir la sangre, mis valedores, es el contraste brutal que vemos abajo a la izquierda. Por un lado, la clásica “buchona” o influencer de petatiux, tomándose la selfie en el espejo, presumiendo la retaguardia operada y la ropa de marca (probablemente clon), viviendo en su burbuja de vanidad.

Y justo al lado, la realidad que nos cachetea: un niño, un angelito que debería estar en la escuela o jugando a las canicas, cargando un huacal de verduras más grande que él para llevar unos pesos a su casa. ¡Eso sí cala! ¡Eso sí es para que nos dé vergüenza nacional! Mientras unas se preocupan por el filtro de Instagram, otros se parten el lomo desde chiquitos para medio comer.

EL DESENLACE DEL DRAMA

Todo este caldo de cultivo de tragedias, injusticias y monstruosidades es el escenario en el que Alejandra Guzmán sale a dar la cara. Su llanto no es solo suyo. Es el llanto de los pasajeros del autobús, es el llanto de los abuelitos del periódico, es el llanto del niño del huacal.

Se especula que su confesión va más allá de lo físico. Algunos dicen que padece una profunda depresión al ver cómo el mundo se está yendo al carajo. Otros aseguran que los médicos le dieron una noticia que la cimbró hasta los huesos, relacionada con esos órganos internos que se ven en la gráfica de abajo a la derecha, como si una enfermedad silenciosa la estuviera consumiendo por dentro.

¿Qué será lo que realmente padece la Guzmán? ¿Podrá levantarse de esta como la guerrera que siempre ha sido? Por ahora, solo nos queda mandarle buena vibra y prenderle una veladora a la Virgencita, porque si nuestra rockera se nos quiebra, ¿qué nos espera a los demás mortales?

Manténganse sintonizados, raza, porque este chisme apenas comienza y promete ponerse color de hormiga. ¡Qué Dios nos agarre confesados en este México nuestro!