Por qué muchas parejas duermen por separado a partir de…Ver más

¡PAREN LAS ROTATIVAS Y AGÁRRENSE DEL ASIENTO, RAZA! PORQUE LO QUE ESTAMOS VIVIENDO NO ES UNA PESADILLA, ¡ES EL MÉXICO REAL QUE NOS GOLPEA EN LA CARA HASTA EN LA PROPIA CAMA!
TÍTULO PRINCIPAL: ¡EL FIN DEL AMOR Y EL INICIO DEL APOCALIPSIS MEXICANO! ¿POR QUÉ TU VIEJA YA NO QUIERE DORMIR CONTIGO? OLVÍDATE DE LOS RONQUIDOS: LA RESPUESTA ES UN CÓCTEL MOLOTOV DE “TRISTEZA NACIONAL”, CERDOS MUTANTES, CARRETERAS DE LA MUERTE Y UNA SOCIEDAD QUE SE NOS CAE A PEDAZOS. ¡PÁSALE, PÁSELE Y ENTÉRESE DEL HORROR QUE NOS SEPARA BAJO EL MISMO TECHO!
SUBTÍTULO DE IMPACTO: El internet colapsó con una pregunta que nos dio en la mera torre: “Por qué muchas parejas duermen por separado a partir de… Ver más”. Ese maldito “Ver más” escondía la caja de Pandora de nuestras desgracias. No es falta de pasión, mis valedores, ¡es exceso de pánico! Desmenuzamos el collage del horror que circula en redes para explicarte por qué preferimos dormir con un ojo abierto y el machete bajo la almohada, lejos de nuestra “media naranja”.
POR: “EL TUNDEMÁQUINAS” RAMÍREZ / CRÓNICA ROJA Y DESASTRES DEL CORAZÓN / DESDE EL EPICENTRO DEL ESTRÉS NACIONAL.
CIUDAD DE MÉXICO, UN LUNES CUALQUIERA QUE PARECE VIERNES 13.— ¡Ay, nanita, mis valedores! Si usted, amable lector de nervios de acero y estómago de trailero, pensaba que el frío que siente en la cama era porque se le olvidó cerrar la ventana, déjeme decirle que está muy equivocado. Ese frío es el aliento de la realidad mexicana soplándole en la nuca.
Amanecemos con el alma en un hilo y el Jesús en la boca. Abran sus redes sociales, ¡no manchen! Es un bombardeo constante de tragedias que harían llorar hasta a la estatua del Ángel de la Independencia. Y en medio de todo este caos, un titular chiquito pero picoso se nos clavó como espina en el costado: la tendencia imparable de las parejas mexicanas que deciden mandar al carajo la “cucharita” y dormir en camas, ¡o hasta en cuartos separados!
¿Qué está pasando? ¿Se acabó el amor? ¡Para nada! Lo que se acabó es la paz mental. Y para muestra, basta un botón… o mejor dicho, basta mirar el collage del infierno que ilustra esta nota y que resume por qué ya no pegamos el ojo.
LA “TRISTEZA NACIONAL” SE METIÓ ENTRE LAS SÁBANAS
Miren nomás la primera imagen a la izquierda. Esa pareja de abuelitos, nuestros viejos, con el rostro surcado por el tiempo y ahora inundado por ríos de lágrimas. Sostienen un periódico cuyo titular no necesita explicación: “TRISTEZA NACIONAL”.
¿Cómo quieren que uno tenga ganas de arrumacos cuando la pensión no alcanza ni para los frijoles? ¿Cuando ves a tus viejos llorar porque el país que construyeron se les desmorona entre las manos? Esa tristeza se contagia, se mete a la recámara y mata cualquier chispa. Uno se acuesta pensando en las deudas y se levanta pensando en si hoy sí va a alcanzar para la renta. Así, ¡qué ganas de dormir pegados! Mejor cada quien rumiando sus penas en su esquina.
SI SALES A LA CALLE, LA HUESUDA TE PIDE RIDE
Pero la cosa no para ahí. Supongamos que logras dormir un rato. Tienes que salir a corretear la chuleta, ¿no? ¡Ah, pero ahí te espera el segundo jinete del apocalipsis!
Echen un ojo a la foto del centro: el autobús “Rosario Bus” hecho acordeón. ¡Un “Grave accidente” que dejó a medio pueblo de luto! Salir a la carretera en este país es jugar a la ruleta rusa. Te despides de tu pareja en la mañana con un beso frío, sin saber si vas a regresar en una pieza o si te van a tener que reconocer por los tatuajes en el Semefo.
Ese miedo constante, esa angustia de que el celular suene con una mala noticia, genera un estrés que no te deja ni respirar, mucho menos dormir tranquilo abrazado a alguien. La cama se vuelve una trinchera de espera angustiosa.
EL CIRCO DE LOS HORRORES: BESTIAS, LOCURA Y VANIDAD TÓXICA
Y como si la inseguridad y la pobreza no fueran suficientes, el chamuco anda suelto y nos manda señales dignas de una película de ciencia ficción chafa.
¡¿Vieron al cerdo ese?! ¡El de la esquina superior derecha! Un pinche puerco que parece que se tragó todos los esteroides de un gimnasio de la colonia Roma. Un animal deforme, hipermusculoso, que nos recuerda que hasta lo que comemos ya no es normal. ¿Qué nos estamos metiendo al cuerpo, raza?
Y la locura humana no se queda atrás. Miren la radiografía de abajo a la derecha. ¡Alguien con una cadena y objetos metálicos en la panza! ¿Qué nivel de desesperación o daño mental hay que tener para tragarse eso? Es la prueba de que la salud mental en México está para el perro, y dormir con alguien que podría estar perdiendo la chaveta… pues como que no da confianza, ¿verdad?
Pero lo que más revienta el hígado, lo que de plano hace que las parejas se agarren del chongo hasta separarse, es el contraste social que nos escupe la cara.
Por un lado, ahí tienen a la clásica “buchona” de Instagram (abajo a la izquierda), tomándose la selfie en el espejo, preocupada por si el filtro le tapa la lonja o si se le nota la cirugía nueva. La vanidad en su máxima expresión. Y justo al lado, la realidad que duele: un niño pequeño, un chilpayate que debería estar jugando, cargando un huacal de verduras que pesa más que él.
¡Eso rompe cualquier relación! Las peleas por dinero, por los valores, por ver este mundo tan desigual, terminan separando hasta a los más enamorados. “¿Viste en qué se gastó la quincena el vecino?”, “Y nosotros aquí tronándonos los dedos”. El estrés financiero es el asesino número uno de la pasión.
UN MUNDO EN LLAMAS: HASTA LOS RICOS LLORAN (Y LOS DICTADORES AMENAZAN)
Y para rematar la feria de lo absurdo, prendes la tele y ves a la Alejandra Guzmán llorando a moco tendido (arriba a la derecha). Si la realeza del rock nacional está quebrada, ¿qué nos espera a los mortales? Y si le cambias de canal, te topas con que Maduro anda amenazando a Estados Unidos y ya sentimos que la Tercera Guerra Mundial nos va a agarrar en calzones.
Con policías arrestando gente a diestra y siniestra, bebés con marcas raras en la espalda (¿abuso? ¿enfermedad?), y un clima de tensión que se corta con cuchillo, la recámara matrimonial ha dejado de ser un santuario de amor para convertirse en un búnker de aislamiento.
CONCLUSIÓN: DORMIR SEPARADOS PARA SOBREVIVIR JUNTOS
Así que ya saben, mis valedores. Si su pareja les dice esta noche: “Viejo, mejor tú en el sofá y yo en la cama”, no se lo tomen personal. No son ustedes (bueno, igual y sí roncan como tractores), es el país.
Dormimos separados porque estamos demasiado cansados, demasiado asustados y demasiado estresados para compartir el poco espacio de paz que nos queda. Es una estrategia de supervivencia emocional en un México que parece empeñado en no dejarnos pegar el ojo.
Cuídense mucho, pongan doble cerrojo y si logran dormir… sueñen con un país mejor, porque el que tenemos ahorita está de la fregada. ¡Ahí nos vidrios!