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😱En la tarde de hoy se nos fue el reconoci…Ver más

😱En la tarde de hoy se nos fue el reconoci…Ver más

 

¡PÁRENLE A SUS ROTATIVAS Y AGÁRRENSE DEL ASIENTO PORQUE MÉXICO ENTERO SE ESTÁ DESMORONANDO A PEDAZOS!

¡TRAGEDIA NACIONAL! EL “VER MÁS” QUE NOS PARTIÓ EL ALMA: SE CONFIRMA LA MUERTE DEL ÍDOLO, EL MAESTRO, EL ÚNICO… ¡Y EL ESCÁNDALO APENAS COMIENZA!

Subtítulo de impacto: Entre rumores de herencias malditas, amores secretos y un último aliento rodeado de misterio, se nos fue el grande. La noticia que nadie quería creer y que confirmó nuestros peores miedos al dar ese maldito clic.

POR: EL TUNDEMÁQUINAS RAMÍREZ / CRÓNICA ROJA DEL ESPECTÁCULO

CIUDAD DE MÉXICO (Y EL CORAZÓN DE MILLONES TAMBIÉN).– ¡Ay, nanita! Si usted, mi estimado lector, sintió que el celular le vibró diferente esta tarde, como con un frío de panteón, no estaba loco. A todos, absolutamente a todos los que tenemos sangre tricolor corriendo por las venas, se nos heló el alma al ver esa notificación que empezó a circular como reguero de pólvora en el “Feis” y el “Tuiter”.

Decía así, cortito, seco, como una puñalada trapera: “En la tarde de hoy se nos fue el reconoci…Ver más”.

¡Ese maldito “Ver más”! ¡Cuánta angustia cabe en dos palabritas y tres puntos suspensivos! ¿Quién? ¿Cómo? ¿Por qué? La raza empezó a especular. ¿Sería un político? ¡Qué va! ¿Un futbolista? Tal vez. Pero el dolor que se sentía en el aire olía a tequila, a serenata y a despedida de las grandes.

Y entonces, mi gente, le dimos clic. Y la realidad nos dio una cachetada guajolotera que nos dejó viendo estrellitas.

No era un “reconocido” cualquiera. Se trataba de ÉL. El mismísimo Don Arturo “El Charro de Diamante” Sandoval. El hombre que le cantó al amor y al desprecio como nadie, el que nos acompañó en cada peda, el que hizo llorar a nuestras abuelitas y suspirar a nuestras novias.

¡Se nos murió “El Charro”, paisanos! Y la forma en que pasó está más enredada que una telenovela de horario estelar.

LA CRÓNICA DEL ADIÓS: ¿INFARTO O CORAJE?

La versión oficial, esa que sacan los publicistas con trajes caros y caras largas, dice que nuestro ídolo colgó los tenis pacíficamente en su rancho “Los Girasoles”, allá por tierras tapatías, víctima de un “paro cardiorrespiratorio fulminante” a sus 82 años bien vividos. Que estaba dormidito, soñando con angelitos y rodeado de paz.

¡Puras habas! ¡A otro perro con ese hueso!

Aquí en la redacción tenemos orejas hasta debajo de las piedras, y la neta del planeta es que la cosa estuvo color de hormiga. El chisme que corre fuerte en los pasillos del espectáculo, ese que se susurra con miedo, dice que Don Arturo no estaba dormido, ¡estaba echando pleito!

Cuentan las malas lenguas (que casi siempre aciertan) que horas antes de que la Huesuda tocara a su puerta, en la hacienda se armó un zafarrancho de aquellos. Se dice que sus tres hijos mayores –conocidos en el medio como “Los Juniors del Desastre” por aquello de que nomás sirven para gastarse la lana del viejo– llegaron a exigirle que firmara unos papeles. ¿Qué papeles? Pues nada más y nada menos que un adelanto de la herencia y los derechos de su imagen para una bioserie que quieren vender a una plataforma gringa por una millonada de dólares verdes.

Imagínense la escena: el viejo roble, “El Charro de Diamante”, con el orgullo herido, viendo cómo sus propios cuervos le querían sacar los ojos antes de tiempo. Se dice que Don Arturo, con esa voz de trueno que Dios le dio, los mandó directito a la tiznada. Que hubo gritos, sombrerazos y hasta un vaso de cristal de bohemia (de esos carísimos donde tomaba su añejo) terminó estrellado contra la pared.

Y ahí, en medio del coraje, del entripado más grande de su vida, el corazón del ídolo no aguantó. ¡Pum! Se le reventó la maquinaria. Dicen que cayó fulminado en su despacho, rodeado de sus discos de oro y con la mirada llena de decepción. ¡Qué poca madre, si esto es verdad!

EL CIRCO DE LOS BUITRES: LA PELEA POR EL BOTÍN

Si la muerte fue dramática, lo que viene, mi raza, agárrense porque va a estar peor que la Tercera Guerra Mundial. El cuerpo de Don Arturo todavía no estaba frío cuando ya había empezado el mitote por la lana.

Apenas se confirmó la noticia tras ese “Ver más” que nos rompió el corazón, las puertas del rancho “Los Girasoles” se convirtieron en un ring de lucha libre.

Por un lado, la viuda oficial, Doña Rosaura (la tercera esposa, treinta años menor que él, a la que los hijos mayores no pueden ver ni en pintura), llorando a moco tendido ante las cámaras, con unas gafas de sol gigantescas, gritando que ella era el único y verdadero amor del cantante. ¡Lágrimas de cocodrilo, dicen los vecinos!

Por otro lado, llegaron los hijos del primer matrimonio, con abogados cara de perro, exigiendo entrar a la propiedad para “asegurar los bienes”. ¡Hazme el rechingado favor! Ni siquiera querían ver a su padre, querían ver la caja fuerte.

Y para echarle más limón a la herida, ¡pácatelas! Que se aparece en la reja principal un muchacho de unos 25 años, con un parecido impresionante a Don Arturo en sus años mozos, jurando y perjurando que él es el hijo no reconocido, fruto de un amorío fugaz del cantante con una corista en una gira por Sinaloa allá en los noventa. ¡Y trae prueba de ADN en mano!

El desmadre es total. La policía tuvo que acordonar la zona porque los fanáticos empezaron a llegar por miles, con flores, veladoras, botellas de tequila y bocinas a todo volumen tocando “Volver, Volver” y “El Rey”. Es una mezcla de fiesta patronal y velorio nacional. El pueblo llora de verdad, mientras la familia se afila las uñas.

EL LEGADO EN RIESGO: ¿QUÉ PASARÁ AHORA?

Mientras el cuerpo de nuestro “Charro de Diamante” es preparado para un homenaje de cuerpo presente en el Palacio de Bellas Artes (porque se lo merece, ¡carajo!), la pregunta que todos nos hacemos es: ¿Qué va a pasar con su fortuna? ¿Qué va a pasar con su música?

Se habla de ranchos, ganado de registro, cuentas en el extranjero, regalías millonarias y una colección de trajes de charro con botonaduras de oro y plata que valen más que la colonia donde vivo. ¿Todo eso se lo van a repartir los buitres?

La tristeza nos embarga, paisanos. Se nos fue el último gran ídolo. Ese “Ver más” en la pantalla del celular fue la puerta de entrada a una realidad dolorosa: que nuestros héroes también se mueren, y a veces, se mueren rodeados de la peor miseria humana: la ambición.

Hoy México no duerme. Hoy las cantinas no cierran. Hoy se brinda con dolor. Don Arturo Sandoval ha muerto. ¡Viva Don Arturo! Y que Dios nos agarre confesados con el circo que se viene en los tribunales. ¡Seguiremos informando hasta que el cuerpo aguante y el chisme se acabe!

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