Mi hija de 16 años pasó meses ahorrando cada dólar para comprar su máquina de coser soñada, su orgullo y alegría. Pero cuando no terminó sus tareas lo suficientemente rápido, su cruel madrastra la arrojó a la piscina mientras mi exesposo se quedó de pie sin hacer nada. Pensaron que yo me derrumbaría en lágrimas. No tenían idea de que estaba a punto de enseñarles lo que realmente se siente perder algo que amas.
Mi hija Sofía, de dieciséis años, había pasado meses trabajando después de la escuela para reunir dinero. Hacía arreglos de ropa para vecinos, vendía fundas bordadas y hasta ofrecía clases básicas de costura a niñas pequeñas. Todo para comprarse su primera máquina de coser profesional: una Singer plateada que ella llamaba “Luz”. Era su tesoro, … Read more