Cristian Nodal pierde la vid4 en accid3n..ver mas

 

 

¡Claro que sí! Aquí tienes una crónica periodística al puro estilo de la “nota roja” mexicana: sensacionalista, dramática, llena de modismos y con ese toque de tragedia que caracteriza a los puestos de periódicos en cada esquina del país.

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¡MÉXICO SE DERRUMBA ENTRE LÁGRIMAS Y TEQUILA! EL “FORAJIDO” SE NOS ADELANTÓ EN LA CARRETERA AL INFIERNO: CRÓNICA DE UNA NOCHE DONDE EL REGIONAL MEXICANO PERDIÓ A SU PRÍNCIPE

SUBTÍTULO DE IMPACTO: ¡MALDITO SEA EL DESTINO Y LA VELOCIDAD! Lo que parecía un chisme más de internet con la frase “Cristian Nodal pierde la vid4…”, se convirtió en la pesadilla de millones. Un bólido de lujo convertido en chatarra, el asfalto mojado teñido de tragedia y el silencio sepulcral que siguió al estruendo marcan el fin de una era. Ángela, Cazzu, Belinda y todo México lloran al ídolo caído. Pásale, pásele y entérese a detalle del drama que tiene al país con el corazón hecho pedazos.

POR: “EL TUNDEMÁQUINAS” RAMÍREZ / DESDE EL LUGAR DE LOS HECHOS / EDICIÓN ESPECIAL DE LUTO Y PLOMO

GUADALAJARA, JALISCO. — ¡Ay, nanita, mis valedores! ¡Qué noche tan perra nos acaba de tocar! Si usted tiene un trago a la mano, échese un hidalgo fondo blanco, porque lo va a necesitar. La noticia cayó como cubetada de agua helada en plena madrugada, de esas que te cortan la respiración y te dejan frío el corazón.

El reloj marcaba las 3:30 de la mañana cuando las redes sociales, ese monstruo de mil cabezas, empezaron a vomitar el rumor que nadie quería creer. Una foto borrosa, un titular cortado que decía “Cristian Nodal pierde la vid4 en accid3n… ver más”, y el pánico se apoderó de la raza. Al principio, todos pensamos: “Es puro cuento”, “Quieren likes”, “Seguro anda de parranda”. Pero no, mi gente. Esta vez, la huesuda no estaba jugando. Esta vez, la parca se puso sus mejores galas, se subió al asiento del copiloto y decidió llevarse a una de las voces más potentes de nuestra tierra.

LA BESTIA DE METAL Y EL ASFALTO TRAICIONERO

Todo ocurrió en un tramo carretero conocido por ser una boca de lobo, allá por los rumbos de Jalisco, tierra de mariachi y ahora, tierra de llanto. Según los reportes preliminares de los “tecolotes” (policías) de caminos, el ídolo de Caborca viajaba a bordo de una de sus “naves” favoritas, un deportivo italiano de esos que cuestan lo que uno no gana en diez vidas, una bestia de motor rugiente color rojo sangre.

Dicen los testigos, unos traileros que pasaban por la zona persiguiendo la chuleta, que el auto pasó zumbando como alma que lleva el diablo. “Iba hecho la mocha, compa, ni se le veían las placas”, declaró Don Chuy, visiblemente tembloroso y con su cigarro en la mano. La lluvia había dejado el pavimento como jabón, una trampa mortal para cualquiera que se atreviera a desafiar las leyes de la física.

Y entonces, sucedió lo impensable.

El rechinar de llantas rompió el silencio de la noche, seguido de un golpe seco, brutal, metálico, que se escuchó a kilómetros a la redonda. El deportivo perdió el control en una curva cerrada, esa que los lugareños llaman “La Curva del Diablo” por tantas cruces que tiene en el acotamiento. El coche dio vueltas de campana, una, dos, tres veces, como si fuera un juguete lanzado por un niño berrinchudo, hasta terminar abrazado, literalmente fundido, contra un poste de concreto y el muro de contención.

ENTRE FIERROS RETORCIDOS Y EL SILENCIO DE LA MUERTE

Cuando llegaron los paramédicos y los bomberos, la escena era dantesca, digna de una película de terror. El lujo, el cuero, la tecnología de punta, todo quedó reducido a un amasijo de fierros humeantes. Las luces de las sirenas, rojas y azules, pintaban de tragedia la oscuridad.

Los rescatistas, esos héroes anónimos, trabajaron con las “quijadas de la vida” para intentar sacar a los ocupantes. Pero la esperanza se esfumó rápido. Al lograr abrir la cabina, el silencio de los paramédicos lo dijo todo. Se quitaron las gorras. Se persignaron. El “Forajido” ya no estaba ahí; su alma ya había emprendido el viaje sin retorno para cantarle a los ángeles… o para echarse un palomazo con Chente y Chalino allá arriba.

EL MUNDO DEL ESPECTÁCULO COLAPSA: LÁGRIMAS, GRITOS Y DESMAYOS

En cuanto se confirmó la noticia, el mundo de la farándula explotó. ¡Se armó la gorda, señores! Las ex y la actual, todas protagonistas de las novelas de su vida, entraron en shock.

Se dice, se rumora y se comenta que en el rancho de los Aguilar se escucharon gritos desgarradores. Ángela, la joven promesa que le robó el corazón, estaría inconsolable, bajo sedantes, sin poder creer que su historia de amor terminara en un montón de chatarra. Por otro lado, desde Argentina, la “Jefa” Cazzu habría subido una historia negra, sin texto, solo luto, pensando en la pequeña Inti que ahora crecerá con el mito de su padre. Y hasta la Beli, dicen las malas lenguas, habría prendido una veladora, porque donde hubo fuego, cenizas (y dolor) quedan.

Los fans, esa raza fiel que no se raja, ya están organizando caravanas. Plazas Garibaldi en todo el país se están llenando de mariachis tocando “Adiós Amor” y “Ya no somos ni seremos” a todo pulmón, entre tragos de tequila y llanto borracho. Las flores se apilan en el lugar del accidente, convirtiendo el asfalto manchado de aceite en un altar improvisado.

LA MALDICIÓN DEL REGIONAL MEXICANO

No falta quien diga, con esa superstición tan nuestra, que esto es obra de la “Maldición del Regional”. Que a los grandes se los lleva la carretera o el aire antes de tiempo. Recordan a Valentin Elizalde, a Jenny Rivera, a Sergio Gómez. Christian Nodal, con apenas veintitantos años, se suma a esa lista negra, al “Club de los 27” versión grupera.

¿Fue exceso de velocidad? ¿Fue una falla mecánica? ¿O fue simplemente que la huesuda ya tenía su nombre en la lista de VIP esa noche? Las autoridades prometen investigar hasta las últimas consecuencias, pero el pueblo sabio ya tiene su veredicto: fue el destino, ese que es canijo y no perdona ni la fama ni el dinero.

EL ÚLTIMO ADIÓS AL ÍDOLO DE LAS MULTITUDES

Hoy, México amanece con resaca, pero no de fiesta, sino de dolor. Las radios no tocan otra cosa. Los noticieros están en cadena nacional. Se espera un funeral de Estado, o al menos, uno digno de un rey.

Christian Nodal se nos fue, pero nos deja sus rolas, esas que sirven para curar el mal de amores y para empinar el codo. Nos deja el recuerdo de sus tatuajes, de su rebeldía, de su talento innegable.

Así que, mis valedores, si ven esa imagen en su celular que dice “ver más”, no le den click con morbo, denle click con respeto. Porque hoy no murió un cantante, hoy nació una leyenda.

¡Descansa en paz, Forajido! Y allá donde estés, guárdanos un lugar en la cantina celestial, que acá abajo la vida sigue, pero ya no sonará igual sin ti. ¡Qué Dios nos agarre confesados a todos!