«Para mi hija preferida: 3 casas», decía el testamento… Mi nombre no aparecía en ninguna parte, ni siquiera en un rincón. Hasta que vi la taza que habían tirado… y el secreto que escondía.
«Para mi hija preferida: 3 casas», decía el testamento… Mi nombre no aparecía en ninguna parte, ni siquiera en un rincón. Hasta que vi la taza que habían tirado… y el secreto que escondía. Me casé muy joven, a los veintitrés años. Mi esposo, Jorge, era el hijo mayor de una familia con tres hermanos, … Read more