Embarazada fallece en cirugía por culpa de…Ver más

A simple vista, la imagen parece tranquila.
Demasiado tranquila.
Una mujer de pie, al aire libre, con el sol acariciándole la piel. Lleva una camiseta corta que deja ver su vientre apenas pronunciado, ese vientre que anuncia vida, promesas, un futuro que empieza a latir incluso antes de ser tocado. Sus manos descansan en la cintura, como si el cuerpo, de manera instintiva, ya supiera que algo dentro necesita protección. A su lado, un perro grande, leal, apoya el hocico justo en su abdomen, como si pudiera oír lo que nadie más oye.
Ese gesto… ese instante… lo dice todo.
El animal no entiende de diagnósticos, ni de hospitales, ni de quirófanos. No sabe de estadísticas ni de riesgos. Pero sabe cuidar. Sabe sentir. Sabe que ahí hay vida.
Ella sonríe apenas. No posa para la cámara. No imagina que esa fotografía se convertirá en un recuerdo doloroso. En ese momento, solo piensa en cosas simples: en el calor del día, en lo cansada que se siente últimamente, en cómo su cuerpo ya no le pertenece del todo porque ahora es hogar de alguien más.
Estaba embarazada.
Estaba viva.
Estaba llena de planes.
Hablaba del bebé con ilusión contenida, con ese miedo bonito que solo conocen quienes esperan. No todo había sido fácil. Había controles médicos, advertencias, palabras técnicas que sonaban frías. Pero también había esperanza. Siempre la hay… hasta que deja de haberla.
Los días pasaron. El embarazo avanzó. Y llegó el momento de la cirugía. Una intervención “necesaria”, dijeron. “De rutina”, aseguraron. Palabras grandes, dichas con voz firme, que tranquilizan… o que adormecen la duda.
Ella confió.
Confió como confía cualquier mujer que entra a un hospital creyendo que saldrá con el corazón latiendo más fuerte, no más vacío. Confió porque no tenía otra opción. Porque su vida y la de su hijo estaban ahora en manos ajenas.
Antes de entrar, pensó en su perro. En cómo siempre se acercaba a su vientre. En cómo parecía saber. Pensó en esa imagen tomada días atrás, sin saber que sería una de las últimas donde aún estaba completa.