Una anciana despeinada, con el cabello enredado y la ropa llena de manchas de tierra, entró tímidamente a la tienda. Sus sandalias gastadas arrastraban un poco al caminar, y en sus manos sostenía una pequeña bolsita de tela.
En medio de un día caluroso, la campanilla de la puerta de cristal de la joyería sonó suavemente. Una anciana de aspecto humilde entró tímidamente. Sus cabellos, canosos y enredados, caían desordenados sobre sus hombros. La ropa, marcada con manchas de tierra, revelaba que venía de una jornada pesada. Sus sandalias gastadas arrastraban un poco … Read more